
-Por Patricio Rebollar-
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Se creía que en la transición democrática que sufrió México en el año 2000, con las elecciones en las cuales el PAN quitó la presidencia imperial que mantuvo el PRI durante más de 70 años, se llegaría a obtener una democracia liberal, distinta a la que se había tenido la cual se caracterizaba por la famosa práctica del "dedazo" y una democracia basada 100% en el clientelismo.
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Se creyeron muchas cosas con el candidato del PAN que quitó los 74 años de poder del PRI. Cuando Vicente Fox llegó a la presidencia enfrentó un gran dilema: el de adoptar una estrategia gradualista de cambios negociados por los famosos clientes tradicionales del Estado – patrón (sindicatos, empresarios, partidos, etc) o bien hacer uso de su legitimidad para profundizar dichos cambios. Su peor error fue que adoptó el gradualismo y negociación, con la cual simplemente ayudó a perpetuar el clientelismo bajo una fachada democrática.
Con la propuesta de Calderón de diciembre del 2009, se enfrentó un poco al estado clientelista que hay, puesto que con los diez puntos que presentó, se podría mitigar algunos síntomas del clientelismo mexicano (aunque insuficiente para llegar a una democracia liberal). Dichos puntos concretos son para “pasar del sufragio efectivo a la democracia efectiva”.
En la democracia mexicana (clientelista) hay cinco factores que han moldeado este status dentro de nuestro Estado:
1) El “Estado rentista”:
Nos preguntamos que podría significar ser un estado rentista. La similitud que existe entre el “patrón” y el “cliente” es extremadamente parecida, puesto que en este caso el Estado actúa como el patrón y, los sindicatos, partidos políticos, empresarios, etc actúan como el cliente.
Nos preguntamos que podría significar ser un estado rentista. La similitud que existe entre el “patrón” y el “cliente” es extremadamente parecida, puesto que en este caso el Estado actúa como el patrón y, los sindicatos, partidos políticos, empresarios, etc actúan como el cliente.
Estos clientes producen “rentas” al estado, las cuales son recursos que nacen de la explotación de recursos naturales (petróleo, minerales) sin esfuerzo fiscal de los ciudadanos, dichas rentas generan dinero aparente y pasajero, simplemente producen un movimiento económico dentro del país, pero no genera responsabilidad ni exigencia ciudadana.
2) El “Estado Capturado”:
Posterior al estado rentista, podemos darnos cuenta que los clientes se han hecho demasiado poderosos ante el patrón, puesto que tienen el dinero y la privatización de sectores que no deberían ellos tener, también contando que ya tienen dinero y más poder político para desafiar la autonomía del Estado y someterlo a una presión que altera la relación de subordinación.
Posterior al estado rentista, podemos darnos cuenta que los clientes se han hecho demasiado poderosos ante el patrón, puesto que tienen el dinero y la privatización de sectores que no deberían ellos tener, también contando que ya tienen dinero y más poder político para desafiar la autonomía del Estado y someterlo a una presión que altera la relación de subordinación.
En resumen, tienen el poder para “capturar” al Estado, frente a las responsabilidades del empresario.
3) La impunidad política:
Los clientes ya tienen poder, entonces puede darse la situación en donde no paguen las consecuencias de lo que hacen o no hacen, se produce la falta de castigo cuando se actúan de manera ilegal, irresponsable o equivocada.
4) La partidocracia:
Desde mucho tiempo atrás se ha ido manejando dicho término, puesto que como sabemos, es la concentración del poder político en los partidos, con escasos controles externos, tal como sucedía en la institución presidencial de la era dominante.
Desde mucho tiempo atrás se ha ido manejando dicho término, puesto que como sabemos, es la concentración del poder político en los partidos, con escasos controles externos, tal como sucedía en la institución presidencial de la era dominante.
Los partidos cada vez tienen más poder, todo se centra en ellos y el futuro del país va acorde a los partidos políticos dominantes.
5) El “feuderalismo”:
Este término fue acuñado por Jorge G. Castañeda y Héctor Aguilar Camín.
Este término fue acuñado por Jorge G. Castañeda y Héctor Aguilar Camín.
Ellos lo utilizan para bautizar al término de gobernadores independientes y poderosos, es decir, un “federalismo fiscal y político tiende a generar feudos locales de virreyes poderosos que rinden pocas cuentas y cuya acción independiente y clientelista debilita el Estado democrático.”
En pocos términos, se ha logrado a nivel estatal, lo que anteriormente el presidente del PRI tenía a nivel federal: Poder sobre todos y el poder para designar a todos los representantes del pueblo en la república. Hoy en día, con los gobernadores, se está dando la práctica del “dedazo” pero a niveles locales.
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No queda más que decir al respecto, México es una democracia clientelar. Pero debemos cambiar esto y luchar por estar en dicha democracia liberal de la que tanto se habla, donde los clientes dejen de tener el poder en sus manos, dejen de tener impunidad política, dejen de hacer lo que ellos quieran a su gusto, debemos luchar por la educación democrática y política para que nuestro pueblo pueda saber mejor por quien está votando, que es lo que está sucediendo y luchemos y juntemos fuerza para ayudar a nuestro país a cambiar y llegar a dicha democracia liberal de la que tanto se habla, parece que es un sueño, pero podremos hacerla realidad.
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*Orden de ideas, Luis Carlos Ugalde: Por una democracia liberal. Revista mensual nexos #386, Febrero 2010.