- Winston Churchill,
Actualmente en México se requieren de un millón de empleos nuevos cada año. Para el 2010 la OCDE pronostica una crisis de empleo aun más inflacionaria que la del presente año, con un crecimiento de 0% para el próximo año comparado.
El mundo del trabajo ha cambiado diametralmente en los últimos años. A diferencia del 94, esta vez no existe una demanda externa solida donde las exportaciones, esto indica que no existe la generación de empleos de clase obrera, generando un déficit de ingresos per cápita y la caída del PIB que se vive en la actualidad. Ahora bien, la pérdida de empleos no se refuerza con el mercado interno, al no existir capacidad de oferta externa, no existe un ingreso interno, la demanda interna por lo tanto disminuye, dejando la oferta laboral en un valle y con un superávit de desempleo. Todos estos factores crean un ciclo, en el cual los gobiernos deben de actuar como un agente externo a la economía, impulsándola e inyectando recursos para mediar ante este grave desplome. Sectores como la industria automotriz, constructora y maquiladora, viven día con día esta problemática logrando una pérdida de empleos formales en las que El Banco de México estima la pérdida entre 160 mil y 340 mil empleos formales menos para el año, adicionales a los ya observados en 2008. México no puede seguir apostando al empleo de bajo nivel como es el maquilador. La ruta para enfrentar la crisis del siguiente año es redefinir el tipo de empleo al que México le apostara el siguiente año, para así crear una estabilidad nominal macroeconómica.
Necesitamos rutas para resolver la crisis de desempleo. Es por eso que se necesita una política pública una política social en incluyente, esto implica reformar los salarios, aumentar el crecimiento económico, detener el crecimiento demográfico en zonas rurales, fomentar la inversión extranjera a través de programas y tratados que impulsen la industria, desarrollar el nivel social, darle un seguimiento a una evaluación constante al tocar cada esfera y así evitar cuellos de botella, promover créditos a pequeñas y medianas empresas, quitarle esa venda de los ojos a los mexicanos que a través de los años nos dejo vivir una cultura conformista, cambiar las expectativas de empleo y comenzar a pensar en la población juventud como método de potenciación y el medio para un crecimiento económico mediante programas de motivación desarrollo, e implementar una nueva cultura socio política. México requiere pensar en empleos del futuro hoy, involucrando nuevas tecnologías, investigación y desarrollo, nuevas fuentes de energía o alternativas, nueva explotación de turismo alterno, en fin un sin número de proyectos que pondrían a México dentro de un contexto económico con un crecimiento acelerado.
Necesitamos que el pleno empleo deje de ser añoranza del pasado y se coloque en el centro de nuestra economía mexicana.