lunes, 21 de diciembre de 2009

La reforma política que se aproxima.



Por Salvador Mercado
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Cualquier reforma profunda a las instituciones políticas de un país, requiere el consenso de los factores reales de poder (empresarios, sindicatos, iglesias, partidos políticos, etc.) que contienden para convertirse en los beneficiarios del jaloneo político. En días recientes, el presidente Felipe Calderón, hace público a la nación una propuesta de 10 puntos para reformar de fondo las estructuras del poder. Luego, se vuelve obligación de cada uno de nosotros hacer una reflexión y análisis de las propuestas de salida del ejecutivo; es crucial que los ciudadanos sigamos atentamente el trabajo de los actores políticos nacionales frente al desafío que se les coloca por delante.

En lo que respecta a permitir la reelección consecutiva de legisladores federales con periodos límite de 12 años, me parece justo destacar, que no se comenta nada de los plurinominales, ¿qué va a ser de ellos después de su período de tres años? Definitivamente deberán dejar el cargo, no podrán participar del mismo escaño para el período inmediato siguiente a menos que busquen hacerlo por la vía del sufragio popular, de otra manera, volverían a entronizarse los mismos de siempre sin importar que el partido sea chico o sea grande.

Ahora bien, en lo que concierne al número de integrantes del Congreso de la Unión, reduciéndose la Cámara de Senadores a un total de 96 y la Cámara de Diputados de 500 a 400 legisladores (240 por mayoría relativa y 160 por representación proporcional), puede ser una de las propuestas que se vean materializadas, toda vez que con dificultad los partidos políticos renunciarán a todos los escaños plurinominales, sin embargo, el hecho de reducir la representación proporcional, es una mercancía que pueden vender a la ciudadanía como un gesto de sensibilidad y cercanía con los ciudadanos que se encuentran cansados de ver cómo los plurinominales pasan por encima de la voluntad popular y sus intereses.

Otro punto de la reforma tiene que ver con el hecho de permitir la elección consecutiva de alcaldes y demás miembros de ayuntamientos, así como de los jefes delegacionales en los estados de la República y en los municipios hasta por un periodo de 12 años. La novedad en este punto es la inmediatez de la reelección en los municipios, que son la célula política fundamental del país. Actualmente, a nivel municipal es permitido ocupar el cargo más de una vez, siempre y cuando no sea de manera consecutiva. Definitivamente, la continuidad puede resultar de mucho provecho para aquellos municipios donde el desarrollo sostenido y la participación ciudadana se reflejan en el cumplimiento de los proyectos a mediano y largo plazo, pero ¿qué hay de la mayoría de los municipios del país donde la opinión pública no existe y donde pueden nacer cacicazgos de hasta 12 años que controlen el poder sobre la gente sumida en la pobreza y la ignorancia, manipulando e intimidando a la ciudadanía que está marginada y que jamás participa ni reclama?

En lo que respecta a la facultad de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para presentar iniciativas de ley en el ámbito de su competencia, parece tardío que se proponga hasta ahora, toda vez que el Máximo Tribunal de la Nación es quien opera junto con todo el aparato judicial la individualización de las normas a los casos particulares (de los cuales el legislador se encuentra muy lejos). Es probable de este punto de la reforma escuchemos menos opiniones, pues el poder legislativo centrará la atención de los medios y los expertos, sin embargo me parece que la idea puede ser comprada.

Otro de los temas que resulta interesante analizar es el de la segunda vuelta electoral (SVE o ballotage) en la elección de Presidente de la República, de gran interés para la sociedad mexicana, que a estas fechas casi ha olvidado la cuestionada legitimación del presidente Calderón en los días previos al comienzo de su administración. Definitivamente, esta propuesta es necesaria para evitar la duda, para garantizar que no existieron fraudes y legitimar al titular del Ejecutivo Federal. Cabe destacar, que en este punto, México es una nación que se ha quedado rezagada. De acuerdo a un trabajo de investigación realizado por Milagros López Belsué, del Centro de Estudios Nueva Mayoría, Uruguay, surge que el 30% de los últimos 20 comicios presidenciales llevados a cabo en América Latina se definió en la segunda vuelta, pero el promedio asciende al 43% considerando que hay 6 países latinoamericanos que no cuentan con ballotage en sus sistemas electorales.

En América Latina, la segunda vuelta electoral está presente en los sistemas de 13 países: Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Nicaragua, Perú, República Dominicana y Uruguay; otros 6 no cuentan con él: Bolivia, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Venezuela.

Sin lugar a dudas, los diez puntos que propone el presidente en materia política, serán severamente cuestionados por quienes tienen miedo al cambio y prefieren mantener el Statu quo, aplaudidos por quienes vislumbran algún horizonte u oportunidad en el mediano plazo y debatidos y reflexionados por quienes creemos que es un buen inicio y que de ellos podemos tomar una base para dinamizar nuestras instituciones y modernizar al Estado. Al final, sin darnos cuenta, estamos inmersos en un ejercicio de reflexión, discusión y debate, en los albores del bicentenario del surgimiento de México como nación, buscando la certidumbre, la legalidad y la prosperidad del país.

Las circunstancias son distintas a las de hace cien y doscientos años, hoy no tenemos un imperio que nos subyugue ni una dictadura que nos someta. Somos una sociedad que transita hacia la madurez y que necesita el cúmulo de opiniones y experiencias de cada uno de sus ciudadanos. Todos los factores reales que contribuimos al ejercicio del poder (por nuestra participación o apatía), trabajadores, empresarios, iglesias, académicos, profesionales, políticos, etc. debemos sumarnos para trazar una nueva ruta democrática que propicie un país más justo, en el que la libertad y la prosperidad sean ante todo el sello de una nueva página en la historia.

3 comentarios:

  1. Fernando Morales Unda23 de diciembre de 2009, 15:25

    Mi estimado Salvador...

    Interesante la reflexión que nos proporcionas acerca de la nueva reforma propuesta por el ejecutivo, sin embargo algunos puntos de la misma me parecen cuestionables. Actualmente existe una asociación de Gobernadores Estatales, la cual procede casi de la misma manera que la cámara de Senadores que por ende son los representantes de los estados,esto me parece que desplaza el poder de la cámara y se ve en una ambigüedad de intereses. Creo que la elección popular mas haya de una representación de proporciones o "dedaso" es mas importante para proteger los intereses de la sociedad como tal. sin embargo es de preocuparse que gente no apta para representar un estado sean los ocupantes de cargos tan importantes como lo son los del senado.
    La aparición de cacicazgos podría ser un tema de debate dentro de la misma reforma y creo que podría ser mas factible que redujeran el tiempo de reelección dentro de niveles municipales.

    pero donde quedo "¿sufragio efectivo, no reelección? creo que por tonto que pueda parecer, es una idea modelo de la sociedad mexicana y creo que podría desencadenar discrepancias sociales y políticas de aprobarse esta reforma.

    Sin dudas, un tema para discutir y argumentar.

    Saludos

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  2. Creo que el "Sufragio efectivo, no reelección" se quedó en la presidencia imperial del PRI... (recordando las 9 presidencias del PRI desde Manuel Ávila Camacho hasta Carlos Salinas de Gortari).

    Se dice que México estará cumpliendo sus 10 años de democracia, una vez que el PAN ganó por fin las elecciones y se terminó con la fuerte dinastía Priista.. pero en sí no creo que dicha reforma constitucional vaya a mejorar al país. Seguimos reciclando los mismos problemas que ha tenido México desde sus inicios en el siglo XX. Ya superamos la era de caudillos que lucharon por la independencia y una nueva forma de gobierno que fuera más conveniente para el país.

    Pero como dijo Fox: "Estamos consientes del problema, seguiremos trabajando...", haber como es que sigue trabajando el ejecutivo y el legislativo...

    Saludos

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  3. Me parece que lo más importante de la "reforma que viene" es saber ¿en que parte de la toma de decisiones quedamos los ciudadanos? sin embargo, es un gran avance poner este punto a discusión sobre la mesa, ya que al colocar en la opinión pública estos temas, los ciudadanos debemos aprovechar para participar de los tan anhelados cambios que se vislumbran.

    ¿Por qué decir que no a la reelección? Cualquier democracia moderna y representativa contempla esta figura como candado para "darle trabajo" a los legisladores que sí generan soluciones a los problemas de la sociedad. La clave de todo esto se encuentra en el nivel de participación de cada uno de los ciudadanos y en la instauración de nuevas figuras a las que podemos apostar antes que temer.

    Ya no es tiempo de quedarnos en el mismo lugar por el miedo a que nos suceda lo que hace 100 años, al menos yo me considero un ciudadano completamente distinto al de la época de la Revolución, hoy tengo much´simas formas para acceder a la inforación, los temas escabrosos se ventilan en los medios y la luz pública, tenemos un país mucho más organizado que hace 100 años y tambipen más educado que lo que estuvo entonces.

    ¿Por qué decir que no al ballotage o a la reelección? pero por qué no subir a la mesa del debateel plebiscito y la revocación de mandato de una vez.

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